Eran tiempos difíciles… Los peligros acechaban por todas partes. Las luchas por tierras y tronos hacían temer a campesinos y reyes. Pueblos bárbaros, invasores, pillos y hombres sin honor abundaban. La crueldad de las guerras nunca cesaba.
Lo más preciado era la seguridad, la protección… y muchos nobles dedicaron su fortuna a garantizarla: fue entonces que se construyeron enormes fortalezas. Fue entonces que hombres valientes, honorables y diestros en las artes de la guerra comenzaron a aparecer.
Fue éste el tiempo de los Caballeros y los Castillos.